Dia de los muertos

Las costumbres en cada parte del mundo son distintas en el día de los Muertos. Buscando informaciones de cuáles son las costumbres ecuatorianas, vemos una gran diferencia entre las costumbres de la sierra, de la costa y del interior del país.

Independientemente de cuál sea la procedencia, los cementerios se llenan des de la mañana del día dos, hasta tarde de la noche, cuando los parientes regresan a sus casas. Una de las costumbres que se repite en casi todos los casos es la Colada Morada con Guagua de Pan, (excepto en la costa, donde no es tan normal consumir la Colada Morada) varios establecimientos en las ciudades se dedican a servir los dos tanto para extranjeros como para nacionales mantener las costumbres. Reunirse en los cementerios con los alimentos que mas agradaban a los fallecidos es también una de las costumbres ancestrales de los ecuatorianos. En general, esos alimentos vienen acompañados con un vaso de vino.

Dependiendo de la localización del país, podemos encontrar cambios en esas costumbres, pero en casi todas ellas, existen las influencias aborígenes, coloniales y católicos, que pueden variar de ir el día 1ro de noviembre en la noche para el cementerio y velar sus muertos por toda la noche, preparar la comida y llevar al cementerio en el día 2 de noviembre para compartir en familia, decorar las tumbas con flores, limpiar las mismas o participar de misas y oraciones en el cementerio con la presencia de sacerdotes. 

Procesiones, veneraciones, misas, oraciones, limpiezas, comidas típicas preferidas, Guaguas de Pan con Colada Morada, y etc. Todas estas y muchas más otras costumbres, son las marcas registradas del pueblo ecuatoriano frente al feriado de los muertos. Pero, independientemente de distintos o de acuerdo con cada una de las costumbres seguidas, lo principal que hay que rescatar es el respeto a las opciones y creencias del otro. Mientras que haya respecto entre todos, esas creencias no han de perderse con el pasar de los años. Pero al final, ir a visitar a sus muertos es una señal de cariño y respecto, de que las flores, comidas y costumbres es la manera de hacer ver que la muerte no es el final, si no, la vida.